Mar es el nombre genérico que utilizamos para designar todas las aguas saladas que cubren cerca del 75 por ciento de la superficie del planeta.
La vida en nuestro planeta se originó en el agua, y más específicamente en el mar. Los primeros seres vivos aparecieron hace más de tres mil doscientos millones de años, y durante más de dos mil ochocientos millones de años sólo hubo vida acuática.
Todos los seres vivos estamos conectados, en mayor o menor medida con el mar y sus recursos. Sin embargo, a pesar de su inmensidad y la enorme riqueza biológica que encierran, nuestros mares y océanos son frágiles, muy poco conocidos y especialmente vulnerables a la amenazas.
EL DÍA MUNDIAL DE LOS MARES
Durante la última semana de septiembre, los gobiernos del Mundo celebran el Día Mundial de los Mares para promover su conservación. Desde 1948 la ONU creó la Organización Marítima Internacional (OMI), primer organismo dedicado a la seguridad marítima. La evolución en los intereses y políticas de la ONU también ha impactado en las miras y acciones de la OMI para que en la actualidad, dicha organización, incorpore la protección de los ecosistemas marinos como uno de sus principales fines.
En el Perú, el mar que se extiende a nuestras orillas es una inmensa masa líquida, mar verde planctónico, que nos abraza en todas sus latitudes. El mar es parte de nuestro hábitat natural, sostenido y enmarcado por la recia estructura andina, con todas las esencias de su lecho y de sus entrañas; alimentado por sales de nuestra tierra, y por el que probablemente llegaron sus primeros pobladores, por eso es que el hombre de sus costas lo sabe rico y siente amor por él.
Su litoral cuenta con manglares, estuarios, praderas de algas, puntas e islas. Mar adentro nuestro verde mar, es también acogedor de profundos y extraordinarios ecosistemas que debemos apreciar día a día, pero que hoy se reviste de especial valor por tratarse de una fecha que nos debe llamar a la reflexión.
Conmemorar el Día Mundial de los Mares nos sirve para repensar la valoración que le asignamos a este nuestro Mar de Grau y sus recursos, tan vulnerables a la amenaza del hombre. El incremento de la demanda de recursos naturales que en ciertos casos ha llevado al agotamiento de algunas de sus especies; el desmedido crecimiento y ocupación de nuestras costas, y una extensa lista de hechos y actividades que perjudican uno de los ecosistemas más vulnerables que existen.
Estos hábitats se encuentran actualmente amenazados por el cambio climático, la sobrepesca, el desarrollo de infraestructuras y la contaminación. Esta última atenta contra la supervivencia de los ecosistemas que en ellos habitan, además de ser un peligro para la salud humana, por la ingesta directa de agua contaminada o por el consumo de especies (peces, moluscos y otros) contaminados.
Hoy es un día para recordar que la salud de los mares dependerá de la medida en que replantemos nuestra actitud y reconsideremos nuestras actividades como humanos, entre otras cosas desarrollando las actividades económicas con mayor cautela y control, con la certeza de que causando el menor impacto sobre ellos, marcará una nueva manera de relacionarnos con la naturaleza que hará la diferencia.
En el Día Mundial de los Mares aunemos esfuerzos para “Mirar al Mar” y minimizar los impactos en su ambiente, reducir el vertido de aguas residuales, los residuos industriales, ordenar la ocupación de sus playas y para crear áreas de protección de su biodiversidad. Es la ocasión para manifestar nuestro compromiso con el Creador, de protección de nuestros ecosistemas y sus recursos como principales fuente de vida.
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