Apoyado por un grupo de criollos peruanos, mestizos e indios, capaces de hacer temblar la tierra donde pisaban, Francisco de Zela, inicio a mover las piezas del ajedrez al oscurecer un 20 de Junio del año 1811, con un grito el cual pasaría a la historia como el primer símbolo para comenzar a hacer valer la independencia del Perú.
Ese grito venía
con fuerza y gran modulación y al mencionar Zela: a cargar y adelante, fue como
decirle a su tropa, vamos a vencer y sin miedo, fue como dejar la puerta
abierta para empezar la gran batalla en tierra.
¿Quién fue
Francisco de Zela?
Fue un
hombre valiente que comando la rebelión independentista de Tacna, era criollo,
y tuvo que luchar con sus hombres mientras esperaba el ejército argentino, el
cual jamás llego gracias a que los españoles lo derrotaran. Esto fue un golpe
para Francisco de Zela pero no lo detuvo y con su gente fue parte de la
historia libertaria del Perú.
Por esa
participación es considerado como prócer de la independencia de ese país. Nació
en Lima un 24 de julio del año 1768, fue un gran estudiante en el Convictorio
de San Carlos, y trabajo por algún tiempo fundiendo monedas en Tacna. Su
familia era de principios, su padre fue don Alberto de Zela y su hermosa madre
doña María Arizaga. Creció en un hogar estable y con grandes principios, pero
siempre creyendo en la igualdad entre los hombres y en lograr la independencia
para vivir en paz y armonía.
Un poco de
historia:
Zela fue
declarado Comandante de la Milicias Unidas de América, lo que permitió luchar
por sus ideales.
En el año
1811, Francisco de Zela, junto a el cacique de Tacna Toribio Ara, su hijo José
y el cacique de Tarata y Putina, Ramón Copaja, tomaron las riendas de la
independencia aquel 20 de junio encabezando el deseo de libertad en Tacna, en
pro de sus raíces y el respeto por sus ancestros defendieron al pueblo peruano.
Pero
lamentablemente, el enemigo controló Tacna y capturaron a gran prócer Zela, y
muere en Panamá junto a su hijo de doce años, en el año de 1820, mientras
cumplía su condena en prisión en el Castillo de Chagres, donde jamás dejo de
pensar en su Lima querida.
Es
importante no dejar en el olvido las grandes acciones protagonizadas por
grandes hombres, y ejemplo de ello es Francisco de Zela, quien ha dejado un
gran sello en la historia del Perú, aunque algunos han intentado borrar lo que
en esa época ocurrió.
La valentía
de este hombre junto a su grito inolvidable lo llevo a ser recordado por
décadas como el prócer de la independencia peruana, en honor a lo que dejo
plasmado en Tacna y en Panamá, en honor a sus raíces cargadas de plena libertad
y justicia para convertirlas en hermandad.
Sin duda,
aquel grito de libertad es emblema del compromiso que este hombre tenía con su
pueblo siendo ejemplo para otros héroes, que sin importar la década no han
pensado en titubear cuando se trata de luchar por la independencia de Perú y
sus raíces, que han sido el entusiasmo ideal para seguir manteniendo los
ideales de pie y jamás dejarse vencer por el miedo.
La valentía
se lleva en la sangre y el honor de conmemorar cada año el Aniversario del
primer grito de Francisco de Zela, es revivir momentos que marcan el
pensamiento y el sentir patrio de todos los tiempos.
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